Tendencias, macrotendencias y microtendencias en el mundo de la moda: ¿Qué las diferencia y cómo se originan?
Las tendencias, la vanguardia, y la moda son conceptos que pueden parecer un tanto confusos si no tenemos los términos bien claros. Y si sumamos los de micro y macrotendencia, ¡todavía más caos!
En este artículo te cuento cuáles son las diferencias entre estos conceptos, cómo es que se generan y cómo impactan en la sociedad y, fundamentalmente, en cómo nos vestimos.
¿Qué es una tendencia?
Una tendencia es una inclinación social hacia un tema, comportamiento o producto. Una tendencia identifica los próximos cambios sociales, culturales, medioambientales y estéticos (entre otros) que influyen en el comportamiento de la sociedad.
Sí, “próximos” cambios.
¿De qué sirve conocer las tendencias?
Las tendencias macrosociales se utilizan, esencialmente, para guiar la toma de decisiones de las empresas. Para que un comportamiento sea considerado tendencia, debe acontecer a nivel global, aunque se manifieste de distintas formas en diferentes contextos, países o regiones.
Por esta razón, a pesar de su globalidad, es fundamental que se estudien y analicen los diversos países y culturas de forma particular con el fin de adaptar y desarrollar nuevas comunicaciones, productos y servicios que no solo quepan dentro de la nueva tendencia, sino que también se correspondan con el tipo de consumidor de cada lugar.
¿Cuál es la diferencia con una macro y microtendencia?
Una macrotendencia surge como resultado de la investigación y análisis del comportamiento de una sociedad. Sociólogos, psicólogos, economistas, diseñadores, publicistas, etc. analizan dichos comportamientos para obtener datos que servirán de input en el desarrollo de nuevos bienes y servicios. Así se identifican los “objetos” de consumo que serán demandados mundialmente, como la tecnología, comida, la moda, la decoración, los cosméticos y el turismo, entre otros.
Importante: la macrotendencia se pronostica con 2 a 3 años de antelación, como mínimo.
Una macrotendencia se dividirá en varias tendencias que se adaptarán a las distintas sociedades y culturas y a las necesidades propias de sus consumidores.
En síntesis, una macrotendencia:
- Contempla los aspectos más globales de la sociedad.
- Siempre se pronostica con una antelación de 2 a 3 años.
- Puede durar entre 8 y 10 años, o incluso más.
- Se implementa como un verdadero estilo de vida.
- Modifica el núcleo de la estructura social
- Es, como quien dice, el “ánimo de la sociedad”.
Un claro ejemplo de una macrotendencia es el cambio en el consumo a partir del auge de las tiendas low cost, el famoso “made in China”.
Las microtendencias promueven el consumo
Como su nombre lo indica, las microtendencias son más pequeñas y menos abarcativas. Son más volátiles y cambian por temporada con el fin de promover el consumo.
Ellas son lo que comúnmente se denomina tendencia o “lo que está de moda”: nos brindan toda la información concreta sobre colores, formas, tipologías, texturas y materiales.
Todo eso que indica la microtendencia deriva en el desarrollo de productos y servicios determinados, que se pueden ver en las modas pasajeras o estacionales, que cambian cada temporada.
Una microtendencia causa furor durante un período corto de tiempo y, pasado ese pico, rápidamente se considera “pasado de moda”.
En síntesis, una microtendencia:
- Se renueva con mayor velocidad.
- Es pasajera en cualquier ámbito.
- Proviene de las macrotendencias.
- Es la “dirección” en la que se dirigen los productos y servicios en un período de tiempo determinado.
- Tiene un carácter más local.
¿Por qué las personas siguen las tendencias?
Las tendencias, en cualquier ámbito de la vida y no solo en lo que al vestuario se refiere, son un proceso sociológico complejo. Las personas no usan una u otra prenda por mero capricho o gusto a “pertenecer”; el motivo por el cual seguimos la moda no es tan sencillo, y de hecho es un aspecto estudiado por la Psicología Social.
Las modas y las tendencias son, en realidad, un tipo de norma social, y tal vez el ejemplo más claro acerca de cómo nuestro entorno influye en nosotros y nuestras decisiones; y si bien cada persona tiene su propio criterio, este suele ser muy flexible y permeable frente al contexto social en el que se desarrolla.
La razón por la que seguimos las tendencias radica en lo que se conoce como Principio de Conformidad: las personas, en mayor o menor medida, prefieren ser ‘bien’ percibidas en sus respectivos contextos sociales. Esto aplica a moda, innovaciones tecnológicas, ideologías políticas, redes sociales. Asimismo, la moda es la arista que menos afecta a los valores y ética de las personas que la siguen, por lo que es muy “fácil” caer en ellas.
Este Principio de Conformidad explica que las personas tendemos a conformarnos con lo que más disponible o al alcance tenemos. ¿Qué más disponible entonces que una moda a la que podemos acceder con solo salir a la calle o ver un anuncio en redes o televisión?
¿Cómo se generan las tendencias?
La moda es un gusto, costumbre o uso mayoritario (o conjunto de ellos) propios de un grupo, en un período de tiempo o lugar determinado que responde a ciertas combinaciones y coincidencias dentro de un marco temporal, sociológico, económico y político.
Pero ¿de dónde surge una moda? ¿La moda “provoca” esos gustos en la sociedad, o es la sociedad la que crea la moda?
Desde una perspectiva comercial, la moda se concibe más como un “esfuerzo”, con el fin de predecir cómo se comportan las personas para que así todas las empresas puedan adaptar su oferta y estrategia para competir en el mercado. De esta manera, cuando algo se instala como aceptado por un grupo o una masa, el consumidor, en su individualidad, encuentra más dificultad en resistir dicha presión social o del grupo (muchas veces inconsciente o involuntaria).
Esta conducta se conoce como el Efecto Manada (bandwagon effect): el ser humano posee en su naturaleza la inclinación a vivir y relacionarse de forma colectiva. En el contexto de las tendencias, este efecto hace que las mismas se acepten como algo válido, muchas veces sin analizar lo que propone: sus razonamientos, sus ideas, su conveniencia, su accesibilidad con respecto a mis gustos y situación económica, entre otros. Pertenecer, o la sensación de pertenencia, nos hace sentir incluidos, seguros, con un grupo que nos sostiene y nos comprende.
En conclusión
Nuestras decisiones en cuanto a las tendencias en imagen y moda, a los avances tecnológicos, a los gustos vacacionales, entre otros, están condicionados por lo que “todo el mundo está haciendo” (mucho más de lo que creemos).
Así, sucumbir a las modas no va por “tener poca personalidad”, sino más bien por la naturaleza intrínseca del ser humano. Nuestras conductas sociales y nuestros vínculos se rigen, en gran medida, por lo que se impone desde el marco social.
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¡Hasta la próxima!
María