¿Por qué nos cuesta estrenar ropa nueva?
En el mundo existen dos tipos de personas: quienes estrenan las prendas que compran apenas llegan a casa (o incluso salen de la tienda con ella puesta), y quienes postergan el estreno días, meses y ¡hasta años!
En este artículo analizamos por qué las personas con cierta personalidad postergamos estrenar la ropa.
Esta situación tal vez te suena conocida por experiencia propia o de alguna amiga: compramos una prenda que vimos en un local de forma inesperada. No pudimos resistirnos porque fue ¡un flechazo inmediato! Pagamos su precio contentas creyendo que ESA va a ser la prenda que, cada vez que la usemos, nos va a dar seguridad, fortaleza, autoestima. De repente, un día, estamos ordenando el guardarropa y nos acordamos de esa prenda… que sigue con etiqueta. Y es, en ese momento, en el que recordamos que, de tanto que nos gustaba, “nunca” encontramos una ocasión adecuada para usarla.
¿Qué pasó? ¿En qué momento pasamos del amor al olvido?
La respuesta a este comportamiento es, en la mayoría de los casos, una: mentalidad de escasez.
Es probable que hayas leído o escuchado acerca de la mentalidad de abundancia versus la mentalidad de escasez cuando se habla de negocios, emprendimiento o bienestar financiero… pero estos conceptos también aplican a cómo gestionamos nuestra imagen.
La mentalidad de escasez en nuestro ámbito, el de la moda y la imagen, hace referencia al miedo a usar un artículo y “quemarlo”: quedándonos sin opciones de combinaciones, poniéndolo siempre como artículo estrella de los atuendos, temiendo que las personas se den cuenta de que repetimos una prenda característica. Estos son solo algunos ejemplos de situaciones o pensamientos limitantes en los que se presenta la mentalidad de escasez. Erróneamente, creemos que si utilizamos una prenda varias veces (si es que llegamos a estrenarla), esa va a ser toda su vida útil: 1, 2, 3 usos.
Esta sensación puede presentarse con mayor frecuencia si compramos una prenda que consideramos cara, pero excede el costo económico de los artículos. No se trata del dinero invertido, sino de la percepción de que nuestros recursos son escasos o finitos para vestirnos, por lo que tememos utilizar ciertos objetos por el miedo a no poder vestirlos nuevamente.
Según el psicólogo e investigador Eldar Shafir, la mente es menos eficiente cuando siente que le falta algo, ya sea dinero, tiempo, calorías o incluso compañía. La mentalidad de escasez, entonces, ocupa lo que él llama “ancho de banda mental”, la capacidad intelectual que, de no tener esta preocupación, se utilizaría para planificar y resolver problemas cotidianos.
Desde la perspectiva de la gestión de la imagen, y después de años de estudiar, ejercer como asesora y formar a futuros colegas de la asesoría, considero que la mentalidad de escasez en la gestión de la imagen sucede, principalmente, por desconocimiento acerca de:
Técnicas y leyes de combinaciones: Combinar es un arte en sí mismo, pero hay ciertas reglas de las que podemos servirnos para saber cómo combinar. Parte de la mentalidad de escasez surge porque, al no saber cómo aprovechar nuestras prendas, solo conseguimos crear pocas opciones de combinaciones.
Reconocimiento del estilo personal: Si no tenemos claridad sobre cuál es el estilo que más nos representa en este momento vital, difícilmente podamos encontrar atuendos entre todo lo que tenemos en el guardarropa que nos haga sentir seguras, cómodas y auténticas.
Repensar tus elecciones
Modificar la mentalidad de escasez hacia la de abundancia implica poner consciencia y capacidad de análisis en nuestras elecciones. La próxima vez que vayas a utilizar una prenda y te encuentres diciéndote a vos misma “hoy mejor no, seguro hay otra ocasión más especial”, repreguntate:
¿Cuál es esa situación especial? ¿Existe o solo es una expectativa?
¿Qué sucede si usás la prenda en ambas ocasiones?
¿Cómo podrías combinarla de diferentes maneras?
¿Qué personas te verán en ambas situaciones? ¿Son las mismas?
¿Creés, realmente, desde la lógica, que se darán cuenta de que estás repitiendo un artículo?
¿Qué sucede si ese artículo se rompe, mancha o desgasta por haberlo utilizado?
Formarte para accionar
Formarte en asesoría de imagen es la mejor solución para eliminar tu propia mentalidad de escasez en la gestión de la imagen (e incluso para ayudar a otras personas que están en la misma situación).
En nuestra Certificación Online en Imagen Profesional vas a aprender toda la teoría y la práctica de cómo identificar un estilo, paletas de colores, posibilidades de combinaciones y colorimetría de la persona, entre otras temáticas. Todo esto te servirá para entender que las posibilidades de combinaciones no son infinitas, pero al menos muchísimas más de las que vos creías con lo que se tiene en un guardarropa (y no estamos hablando de grandes clósets, sino de armarios de cualquier mujer de clase media, ¡el de toda la vida!
Además, en nuestra certificación, aprenderás a gestionar tanto tu imagen como la de otros desde la Presencia Consciente, una perspectiva integral y holística de las personas que considera a la imagen como un medio de expresión de lo que somos, buscamos, y deseamos.
Podés leer la propuesta completa acá.
¡Hasta la próxima!
María Soto