El color del poder
En el terreno de la política, la psicología del color también juega un papel muy importante, puesto que es uno de los mayores soportes visuales a nuestra disposición para trabajar la imagen dentro de la estética política y así enviar un mensaje. Es mucho más relevante cuando en determinadas situaciones, la elección de los colores está claramente influenciada por el contexto.
En este sentido, la elección de los colores dentro de la vestimenta de los políticos no es algo casual, especialmente porque si bien estos podrían usar colores ligeros como azul o el blanco con mucha facilidad, cuando usan complementos de vestuario con colores llamativos como el rojo, su imagen se altera sutilmente, encendiendo una llamada de alerta entre la audiencia.
La razón detrás de esto, es que el rojo es un color que simboliza energía desbordante, motivación, pasión, determinación, sensualidad, y vida. En el campo de la política, se trata de un color que es capaz de transmitir fuerza y poder de decisión para seguir adelante.
No obstante, también es cierto que el uso del color rojo en política puede resultar agresivo ante los demás cuando lo empleamos de forma excesiva, ocasionando que se distorsione notablemente la imagen de un líder o de un grupo político. En determinadas ocasiones, puede hacer que los asociemos a un grupo radical o una ideología revolucionaria como en su momento lo fue la de la Unión Soviética o los conocidos “Rojos” en España durante la Guerra Civil. Es decir, usar el color rojo como único color distintivo dentro de la arena política siempre es una decisión cargada de sentido.
Si queres acceder a la nota completa, te invito a leer mi columna para el diario El Economista: https://www.eleconomista.com.ar/2019-10-es-el-rojo-el-color-del-poder/
María