Body Positivity, Neutrality y Presencia Consciente
Cuando los movimientos perduran un tiempo, o cuando podemos analizarlos desde una perspectiva más lejana, la reflexión se enriquece: podemos nutrirnos de experiencias, aprendizajes, consecuencias y causales que, con el tiempo pasado, son más exquisitas de comprender.
En este artículo debatimos y analizamos los movimientos referentes de estos tiempos para romper con la hegemonía y conseguir una mayor libertad de la heterogeneidad de los cuerpos.
Positividad versus neutralidad
Estos términos pueden ser similares, y por eso a menudo se confunden. Sin embargo, si los analizamos desde una perspectiva lingüística y sociológica, contienen mensajes diferentes.
Body positivity: ¿qué es y qué busca?
Es un movimiento social mundial que comenzó a difundirse con mucha fuerza alrededor del año 2012, y el cual aboga por la igualdad y la aceptación de todos los tipos, formas y tamaños de cuerpos. Uno de sus principales objetivos es terminar con la representación que hay en los medios mainstream, cadenas de ropa y publicidades acerca de los cuerpos. Es decir, busca transformar los estándares de belleza, especialmente femeninos, porque son poco realistas, inclusivos y compasivos.
Por el contrario, los estándares de ese entonces (y de hoy en día también, aunque estemos en camino hacia un cambio) nos piden que tengamos cuerpos perfectos, siempre jóvenes, iguales e irreales: la celulitis, las arrugas, los cambios en el cuerpo, los diferentes tamaños de busto, de cinturas y caderas están mal y debemos cambiarlos (o eso es, al menos, el mensaje que se nos ha enviado durante años).
Esta restricción de la naturaleza de los cuerpos y la continua represión hacia un único modelo “correcto” de ser mujeres ha llevado a miles y millones de personas a caer en cirugías estéticas, tratamientos invasivos, dietas restrictivas y dañinas para el cuerpo, depresión, alcoholismo, anorexia, y la lista podría continuar, pero el factor común que encontramos aquí es uno: la destrucción total de la autoestima de las mujeres que no encajan en el estándar impuesto.
Cabe aclarar que con el auge de Internet esta cultura consiguió profundizar su alcance y llegar a niñas cada vez más pequeñas. A principios de la década de 2000, Internet era el lugar principal de difusión de malinformación o incentivos para contraer, por ejemplo, bulimia y anorexia: en un principio, eran los blogs “Ana y Mía”, hoy continúa en la plataforma TikTok.
El movimiento de Body Positivity busca, más allá de liberar a todos los cuerpos y sus infinitas formas de ser, conseguir la aceptación de la obesidad, terminando así con la vergüenza y la discriminación contra las personas que tienen cuerpos más grandes que el definido por el estereotipo. De hecho, el activismo se ha apropiado de la palabra “gordo” y “gorda” y hoy son ellos quienes la utilizan para describir a sus cuerpos: cuerpos gordos.
Críticas al movimiento Body Positive
Como todo movimiento, recibe críticas y comentarios positivos y negativos.
Por un lado, los negativos, o quienes le encuentran fallas, afirman que, si bien este movimiento pretende ensalzar la belleza de todos los tipos de cuerpo, solo se concentra en la aceptación propia y no en lo colectivo, por ende, se olvida del impacto que tienen los prejuicios de la sociedad en el bienestar general de las personas.
Establecen que, entonces, lo que se necesita, además de mostrar distintos tipos de cuerpos, es educar en cómo aceptar la diversidad sin intentar, de forma consciente o no, reprimirla. Por más que una persona ame su cuerpo como es, esto no implica que la percepción de los demás sea la misma, y desde la mala educación surgen nuevas suposiciones sobre los cuerpos grandes: que están así porque no tienen fuerza de voluntad, que son descuidados, fracasados o enfermos. Incluso en la medicina se encuentran a menudo siendo tratados diferentes por todos estos prejuicios.
De hecho, la misma medicina propone que existe un peso saludable y un peso no saludable para cada cuerpo según sus características, lo que es muy diferente a la categorización de “flaco o gordo”. Si bien se suele marcar a la delgadez como “salud”, las personas pueden ser delgadas e igualmente estar enfermas, o tener un cuerpo con un peso no hegemónico y estar saludables.
Además, se ha criticado, en los últimos años, la mercantilización del movimiento. Y esto es, al menos en parte, cierto: la positividad corporal es monetizada por marcas y figuras públicas o influencers, y terminamos en la misma situación de antes: las personas que superan un cierto tamaño publicitado o tienen, por ejemplo, un color de piel diferente, quedan fuera.
La critíca sostiene que, a pesar de que el movimiento comenzó como un esfuerzo inclusivo, diverso e interseccional para celebrar y buscar la mayor aceptación y libertad de los cuerpos gordos, se ha convertido en un movimiento económico en el que continúa prevaleciendo la visibilidad de mujeres cisgénero blancas, sanas y con cuerpos levemente disidentes, más en forma de reloj de arena o pequeños.
Otra gran crítica que se le hace al movimiento body positivity es que ha creado una cultura que promueve estilos de vida poco saludables y que impulsa a ignorar los daños colaterales o complicaciones en la salud que trae la obesidad.
Por momentos, parece ser que existen dos posturas: una, la de aceptar todos los tipos de cuerpo sin importar los riesgos para la salud; la otra, promover opciones de vida sanas de la mano de la neutralización de la diversidad corporal.
Neutralidad corporal
La neutralidad corporal es un enfoque diferente del Body Positive. En lugar de buscar la aceptación del propio cuerpo tal y como es, promueve una filosofía que se enfoca en las funcionalidad de los cuerpos y no en su apariencia; es decir, en lo que el cuerpo puede hacer o darle a quien lo porta.
Surgió alrededor de 2015 para promover la disociación del vínculo entre la apariencia física y la autoestima, y su diferencial es que busca promover la aceptación del cuerpo tal como es, pero partiendo desde el reconocimiento de sus habilidades y características no físicas.
La neutralidad corporal implica no tener que cultivar el amor por el cuerpo ni sentir que hay que amarlo todos los días, porque puede que no siempre lo ames, pero aún así podemos ser feliz y disfrutar de todo lo que podemos hacer gracias a él.
Este movimiento va muy alineado con el mindfulness, y por lo tanto, con la Presencia Consciente: cuidamos, apreciamos y queremos nuestro cuerpo porque nos permite habitar este mundo, y escucharlo nos permite entender qué tiene para decirnos, qué mensaje está brindando y, desde ahí, conseguir una alineación interior, que se reflejará en lo exterior.
Es importante mencionar que ambos movimientos pueden convivir dentro nuestro, y somos nosotras quienes elegimos qué aspectos tomar de cada uno en pos de lo que nos haga mejor. Ambas formas de concebir los cuerpos tendrán un impacto directo en cómo nos vestimos, en qué tipos de prendas elegimos para nosotras y con qué nos identificamos.
Desde la Escuela Boutique de Imagen María Soto buscamos, precisamente, transmitir nuestra visión de las personas como un ser integral, y trabajamos la imagen desde esa misma perspectiva: tomándola como un medio para representar y exteriorizar todo lo que somos, sentimos, queremos y elegimos en nuestro interior.
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¡Hasta la próxima!
María Soto