3 tips para adaptar tu negocio de asesoría de imagen a la virtualidad
Se cumple un año desde el inicio de esta nueva vida. Y, como a prácticamente todas las profesiones, la asesoría en imagen se ha visto modificada. Tuvimos que adaptar nuestros servicios individuales, talleres grupales o formaciones a un mundo un tanto nuevo para muchísimos/as asesores/as.
En este artículo analizamos qué trajo de positivo la virtualidad a nuestra profesión (y qué no tanto) y qué podemos hacer para adaptarla de la mejor manera posible al mundo online.
Tu conocimiento, tu habilidad para escuchar, tu capacidad de entender qué busca, desea y necesitan tus clientes/as vale muchísimo. Ahora bien, ¿cómo hacer para que el formato de la virtualidad nos juegue a favor a la hora de brindar nuestros servicios? ¿Dónde poner el foco y la energía?
Te comparto 3 tips para potenciar tu negocio de asesoría de imagen en el mundo online.
Recreá el contexto
Uno de los grandes desafíos de la virtualidad es, precisamente, lograr traspasar la pantalla con el objetivo de que la persona que está del otro lado se sienta cómoda, en confianza, y en un espacio seguro para poder expresarse libremente. En las sesiones online es fundamental crear un contexto que genere empatía, amabilidad y calidez.
Asegurate de que la persona esté informada de todo: link de reunión, hora exacta y tiempo estimado de duración, qué necesita para el día del encuentro. No esperes hasta 10 minutos antes de la hora para enviarle el link o preguntarle si prefiere Zoom o Meet, ocupate de darle la misma importancia al encuentro virtual que al presencial.
También es importante que informes cómo será el proceso de trabajo en el pre, durante y pos encuentro. ¿Cuánto tiempo tiene para mandarte la información? ¿Cuánto tiempo dura cada sesión? ¿Cuántos días tiene para hacerte consultas después del encuentro?
En cuanto al momento de la reunión, tené en cuenta (y aclaralo de antemano) los temas sobre los que van a trabajar, porque el tiempo de concentración frente a una pantalla es menor, y es mejor hablar sobre lo verdaderamente importante que irnos por las ramas.
Preparate
Sí, la virtualidad nos da cierta libertad de tiempo, locación y formatos. Aún así, trabajamos con la imagen, por lo que considero no solo parecer profesionales, sino también serlo. ¿A qué me refiero con esto?
Chequeá la conexión a internet y prepará la compu minutos antes de empezar, para que surjan martes 13 al momento de entrar a la reunión; lo mismo si utilizás micrófonos o cámaras, ¡todo listo 10 minutos antes! Posicionate, si es posible, en un lugar con buena luz natural.
Recordá que antes del encuentro vas a necesitar:
1. Fotos ¡actuales! de cuerpo entero, de distintos ángulos y fotos del rostro. Hacé hincapié en que mientras mejor sean las imágenes, mejor trabajarán sobre la morfología propia de su cuerpo y rostro.
2. Fotos de looks, que respondan a sus distintas actividades, así podés cubrir todos sus requerimientos de vestuario.
3. Un cuestionario sobre su estilo de vida, tareas y actividades diarias, deseos y aspiraciones sobre su imagen, sus gustos y preferencias, y todo lo que creas que puede sumarte para poder leer y entender su personalidad.
Extra: tené todo lo que te envió, leíste y armaste, ¡a mano!
Dejá tu huella
Se puede brindar un excelente servicio de asesoría de imagen de manera virtual y se puede, esencialmente, dejar una huella positiva en nuestros/as clientes/as. La persona va definir a si le sirvió o no el servicio por la cantidad de soluciones que se lleva, porque eso viene a buscar: soluciones.
Entonces:
– Si tenés que explicarle un concepto o cómo funciona, por ejemplo, una combinación de colores: hacelo lo más simple que puedas. No nos interesan grandes tecnicismos, recordá que el tiempo en pantalla agota, porque cuanto más al grano vayas, mejor.
– Antes de terminar la reunión, recopilá en un punteo todo lo que vieron y la cantidad de looks que armaron, para que quede ese gustito dulce al final.
– Incluí en tu presupuesto el tiempo para realizar una devolución o resumen de la sesión en formato escrito, para que la persona no se distraiga anotando todo y para que se quede con algo que trascienda la hora de asesoría. Así, quedarás en su radar, y si vuelve una y otra vez a ese material para armar looks, eventualmente volverá a ser clienta de tu negocio.
En conclusión
Contratar un servicio de asesoría en imagen es, esencialmente, regalarse un momento de conexión con uno, de autocuidado y, por lo tanto, debería ser de disfrute.
Está en tus manos lograr que la persona sienta que se lleva una experiencia personalizada, que además de soluciones se llevó un momento ameno, una charla motivacional, un encuentro agradable.
Así, si la persona obtiene lo que vino a buscar, queda conforme con la atención y ¡encima! se lleva soluciones, trabajo sobre su autoestima y practicidad, muy probablemente, cuando vuelva a necesitar asesoramiento o ayuda sobre la gestión de su imagen, pensará en vos.
Si querés mejorar tu servicio de asesoría de imagen, podés descargarte mis recursos gratuitos o contactarme para una mentoría personalizada.
¡Hasta la próxima!
María